Pulau Tioman

1. Reportaje fotográfico




















2. Sueño para el recuerdo...

Hoy le toca el turno a la isla de Tioman, 
un tanto taciturna de Tanjun a Salang. 
Tachar podrán de absurda la decisión inicial, 
pues lo cómico del nombre fue el reclamo, nada más.

Aunque a ciencia cierta no siempre acierte, 
he de decirte que tuve suerte;
aquel paraíso de los años setenta 
aún cuarenta más tarde logra abstraerte 

y mecerte bajo la brisa, sin prisa, 
al abrigo de la densa jungla que la arena supervisa.
¡Aprisa, fuera esa camisa! Disfrázate y divisa, 
pues la poetisa del mar aquí siempre improvisa. 

Divídete y vence, encuéntralo y piérdete, 
conmuévete, atrévete, vete al banquete, siéntelo y siéntete,
vuela como E.T. entre el silencio del éter, 
con esnórquel o chupete, ¡ve y abrévate grumete!

Y como Hansel y Gretel intérnate en el bosque, 
busca la senda del este, disfrútalo y no desfondes.
Escala el horizonte, el surf de Juara se esconde, 
no estés tan disconforme si tu móvil no responde, ¡hombre!

Ponte en el dial vintage de un jeep de Jurassic Park 
para jugar con la música vetusta que emerge de este lugar.
Ahora las Perhentians son la moda, el nuevo Santo Grial. 
Aquí la mejor sinfonía la canta a coro el Santo Coral.

Ironías de un destino otrora cardinal, 
tampoco la protagonista de este Sueño es Pulau Tioman,
"Miss Peter Pan” cumple años en este día tan especial 
y ha cambiado de decena: nunca digas Nunca, Jamás.

Ella es mágica cuan Campanilla y vuela sin zapatillas, 
bien vagando por el mundo o divagando en la bohardilla,
Qué maravilla ir contigo de rama en rama como ardillas 
y encontrarte entre los peces arremolinados en la orilla.

Y hacerte cosquillas viendo “Hacia rutas salvajes” 
y buscar mil y un paisajes ligeros de equipaje
y, aunque la marea suba o baje, gracias por tener el coraje 
de embarcarnos juntos en este viaje.

Y gracias por tu ilusión y por tu vitalidad, 
por tu solidaridad y por saber siempre escuchar,
Gracias por tu risa ante las inclemencias del mar 
y gracias por regalarme tu apoyo y levantarme al tropezar.

Gracias por no ser aquel codiciado diamante, 
que al caer al suelo, frágil, coge y se parte
y gracias por este punto y aparte 
en un guión sin fronteras con rumbo a todas partes.

A saber qué nos espera, compañera de alma mochilera: 
una acera, un hotel de mil estrellas, una litera cualquiera…
Siempre hombro con hombro de escalera en escalera. 
¡Enhorabuena! ¡Y bienvenida a la planta tercera!

Te deseo lo mejor en tu día tanto como en los demás, 
que cumplas tus deseos y que no dejes de soñar,
que como dijo El Poeta sigamos haciendo camino al andar 
y que tu huella sea la sonrisa que hoy no paras de esbozar.


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