Koh Tao

1. Reportaje fotográfico


















2. Sueño para el recuerdo...

Puerta de entrada a un nuevo mundo.
Extenso.
Profundo.
Donde las olas te acunan junto al umbral,
donde el silencio se adorna con el ritmo al respirar,
donde todo es lento o tremendamente fugaz…
Se duplican las direcciones al sumergirte en tres dimensiones
y la gravedad se aleja siguiendo el juego de tus pulmones.
Genuinas sensaciones en el leviatán,
entrar en este universo es toda una lección de humildad,
una simple gota en la inmensidad del mar.
Vulnerabilidad que va de la mano de este sueño de una noche de verano,
de mantas, sepias y tiburones, de corales con tantos colores,
de loros, cirujanos y payasos, de rápidas barracudas tras el ocaso…
Acaso demasiados humanos sobre un fondo lleno de arrugas
para saludar a quien dio nombre a este singular espacio,
pero con paciencia entre erizos y orugas,
aquí está: esto es Isla Tortuga.

Chiang Mai

1. Reportaje fotográfico


















2. Sueño para el recuerdo...

Algún día, cuando sea grande, seguiré ese camino que lleva a todas partes. 

Mi hermano lo intentó ayer a escondidas con la vieja Honda de mi padre, pero en seguida tuvo que volver a Ban Kun Chang Kian con algún que otro rasguño… Él dice que fue porque los señores raros que vienen a la aldea le sacaron del camino con sus ruidosas motos, pero yo creo que le cuesta reconocer que aún no tiene suficiente fuerza para empujar ese amasijo de hierro por la arenosa y escarpada colina llena de baches… Además, esos señores no parecen tan malos, aunque no sepan hablar y estén obsesionados con los “selfies”, siempre sonríen y le compran cosas a la abuela. No son como el resto de hmongs, ¿de dónde vendrán? Tengo que descubrirlo algún día… Así que seguiré buscando elefantes en la jungla, ellos pueden llevarme más allá de donde sale el sol sin tener que esperar a que pueda empujar la vieja Honda de mi padre. Estoy convencido de que el elefante blanco del que me habló mi abuelo, aquel que dicen que transportaba los restos de Buda, tenía una gran familia. Hace mucho tiempo que su cuerpo sagrado descansa no muy lejos de aquí, bajo el templo que se construyó en su honor; son muy tímidos, pero si estoy atento quizás encuentre a un familiar que venga a verle. O quizás la Familia Real les deje su residencia de verano cuando no estén, según he oído está de camino al templo. Tengo que hablar con el Rey, seguro que él sabe dónde viven. Y si no, me esforzaré por llegar a la gran ciudad, dicen que hay muchos templos y gente sabia tras cruzar el gran foso y saludar a los 3 reyes, aunque mi padre siempre vuelva enfadado de allí por el bullicio y el tráfico. Es normal, hay mucha gente y cada vez más señores raros; según dicen en la tele, parece ser un buen lugar para ver la vieja cultura Lanna y tailandesa en general, aprender su gastronomía, su lengua, sus masajes, sus tradiciones, sus diferentes tribus, disfrutar de su naturaleza…

Sí, allí descubriré dónde podré encontrar esos elefantes blancos con los que cruzar las montañas y ver el templo de sus antepasados y visitar la casa del Rey y atravesar la jungla y llegar hasta el mar y más allá de donde se pone el sol y llegar la aldea de los hombres raros y hacerme “selfies” con ellos… algún día, sí, algún día.



Bangkok

1. Reportaje fotográfico
















2. Sueño para el recuerdo...

Ciudad de contrastes, guitarra sin trastes,
Con trastos que inundan las ya desbordadas vías, 
Silencio de monjes naranjas y constante algarabía 
Orden en el caos, Kaoh San sin orden. 

Frío de siete a once y bochorno al salir, 
Freir saltamontes, Pad Thai o maíz, 
Fuegos de artificio con trasfondo mediocre 
Banderas del rey más longevo con tonalidades ocres. 

Fachadas… quizás demasiadas, 
Alienación del turista, ¿llevo un dólar en cara?, 
Siento el Vértigo del lujo sin tapujo en las alturas 
Mientras en la calle juegan niños rodeados de basura. 

Máquina del tiempo en un intenso entorno urbano, 
A través de sus templos he contemplado el pasado, 
Tuk-tuks y mercaderes en la realidad vigente, 
Y desde el Skyline se dibuja un futuro hecho presente 

Comercios flotantes a contracorriente, 
Canales de aguas grises donde se bañan sus gentes, 
Maraña amalgamada de tradición, progreso y hoteles, 
Nunca concilia el sueño esta “Ciudad de los Ángeles”. 

Lejos de los flashes y las luces de neón, 
Hay arte urbano, Moai Thai, sudor… 
Hay mil tesoros sin mapa ni guías 
Hay un rinconcito como el de la fotografía. 

Bangkok, de ti me despido sin pena, 
Queman tus calles de bullicio eterno, 
Lentamente escribo en este cuaderno, 
“Sé que volveremos a vernos”.